Entrevista realizada por Lorena González I
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Yarum Briceño es un apasionado innato de la fotografía. Su labor en el medio se inició en el área de la publicidad, conectando la consecución de la imagen que normalmente exigen las estrategias del mercado, con un nuevo camino de cruces y desplazamientos. En estas vetas abrió el paso a una fotografía en vibración plena con el espacio transitado. La cámara se convirtió en el ojo atento del paseante, en el instinto vibrante de aquel que transita el camino: paisajes, situaciones, calles, vías alternas, deslizamientos de una luz que sorprende a la cámara para capturar a lo Cartier Bresson, “el instante decisivo” de un soplo urbano.
Briceño forma parte del jurado curador durante el mes de junio para el Concurso de Fotografía Móvil #GENTEQUEEMPRENDE de Banesco Banco Universal (*).
LG.- ¿Cómo te contactaste con la estrategia del Instagram? ¿Qué te hizo especializarte en un territorio tan particular de la fotografía?
YB.-Con el Instagram me conecté un poco como todos los usuarios, atrapado por esa fiebre que desató en sus inicios y que cada vez extiende más sus alcances. Cuando pude tener esa herramienta en mis manos me fascinó la contingencia de compartir con todos, de publicar velozmente, de hacer posible para muchos la visualización de aquello que vi y exponerlo de inmediato a un público muy amplio.
LG.- Poco a poco te has convertido en una referencia importante dentro del género, en especial con la técnica del StreetPhoto. ¿Nos podrías contar de qué se trata?
Lo que se busca fundamentalmente con el StreetPhoto es adaptar la fotografía móvil al contexto en el que se vive y en nuestro caso a la situación país. Por ejemplo, una característica interesante a nivel conceptual es organizar el caos de una forma delicada, integral…lo más impecable posible. Si hay un puesto de perro caliente, si hay basura, si hay un perro, si hay una persona, entonces tenemos que ensamblar toda esta información en un pequeño recuadro, rearmarla con armonía, con un engranaje de elementos que nos permita saber que allí hay un toque humano, una irradiación de la vida en la ciudad.
LG.- ¿Y cómo se engrana esa necesidad de diálogo entre el fotógrafo y la calle en los momentos especiales que atravesamos?
Allí viene la parte técnica, la práctica. En el StreetPhoto hay que ser muy creativo, pues aquí es un riesgo sacar un teléfono en la calle. De eso se trata también, de adaptarse al contexto, pues no es lo mismo tomar una foto en Caracas que en Nueva York. Aquí tienes que ingeniártelas para que no te roben el teléfono y para que la gente a la que incluyes en la imagen no se moleste o te intercepte preguntándote que para dónde es esa foto o por qué la estás haciendo. Por eso hay que ser muy creativo, tienes que mimetizarte entre la gente, sacar la cámara por un costado, ponerla debajo de un brazo, hacerte el tonto, mirar para otro lado o fingir que lees algo en el mismo teléfono mientras tomas la foto. La verdad es que hay que comportarse un poco como un espía que quiere, sin ser visto, sujetar la posibilidad de una imagen.
LG.-En base a lo que cuentas, ¿hay alguna fotografía en especial que recuerdes como la más compleja que te haya tocado realizar?
YB.- Sí, claro, son varias, muchas. Pero hay dos especiales. Casi siempre ando en moto y, bueno, es muy difícil tener el teléfono en la mano, estar pendiente de los carros y pararte de pronto a tomar una foto. Donde está el Mausoleo nuevo detrás del Panteón Nacional hay una escultura en hierro que parece una flor; el día que pasé por allí había una persona al lado y se levantó un contraste dinámico de tamaños con un contraluz muy bonito. Cuando me paré a tomar la foto la persona se había ido, pero intenté seguir con la imagen. Entonces la gente me empezó a gritar que por qué estaba haciendo esa foto, que para qué… justo en ese momento pasó al lado de la escultura un constructor, le silbé, se volteó, tomé la foto y me arranqué en la moto. La otra imagen fue en un barrio donde se rompió una tubería de aguas blancas y se hizo una fuente magnífica donde los chamos empezaron a bañarse; fue todo un reto jugar con ellos, hacer la imagen y estar pendiente de que no se mojara el equipo, fue complejo pero divertido.
Entre las recomendaciones que Briceño ofrece a los usuarios del Instagram destacan proteger el equipo con un buen forro porque nunca se sabe desde que nivel va a hacerse una foto o lo qué pueda pasar con la cámara mientras realizas la toma. Lo mejor es no usar el zoom, lo ideal es acercarse o alejarse con el propio cuerpo y plantear varios ángulos, repetir, encuadrar a niveles altos y con agilidad. Internamente la estrategia es seguir pulso a pulso a la intuición, liberarla y dejar que accione en lo físico para sacar el mejor resultado; tal y como él la ha seguido, encontrando dentro de la vasta proliferación iconográfica del mundo global y a través de su @YARUMPHOTOS , la conexión precisa que ha hecho de sus imágenes un acontecimiento visual en medio de la multitud.
GALERIA DE FOTOS
(*) El concurso #GenteQueEmprende es organizado por Banesco. Participan los seguidores de @BanescoBancoUniversal e @Igersvenezuela en Instagram, y se busca destacar el esfuerzo de los emprendedores venezolanos. El Concurso se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2014 y los premios suman Bs. 120.000, además de la publicación de las mejores fotos en el primer libro de fotografía móvil editado en Venezuela. Las bases y condiciones del concurso #GenteQueEmprende se encuentran en https://www.facebook.com/BanescoBancoUniversal y en www.instagramersvenezuela.com.